lunes, 28 de enero de 2008

Capítulo II: "Mi vecino"

Asombrada y tratándome de explicar como no se aburría aquel hombre de realizar siempre la misma rutina.
Al día siguiente decidí seguirlo otra vez, primero al bar donde bebió su café con leche, luego a la rotisería y por ultimo al banco de la plaza, por un instante se me ocurrió acercarme hacia el y hablarle, pero su aspecto realmente me aterraba. Tenía muchas preguntas para realizarle pero no poseía el coraje para dirigirme a el.
Después de varios minutos me acerque hacia el hombre, con cierto temor pero la curiosidad me había ganado.
Me pare frente a el y con cierto temor le dije: -¡Hola señor...!-no se me ocurría nada para seguir la conversación, entonces seguí:-¿Tiene hora?-
Y el con tono burlón me contestó:-Niña,¿que quieres saber?- yo con asombro le contesté:¿Cómo sabe que quiero saber sobre usted?
-¡Ja ja ja! hace mucho tiempo que me vengo a escondiendo de la policía y me doy cuenta cuando ellos tienen su mirada sobre uno... ¿¡cómo no me voy a dar cuenta que una niña me persigue!?
-Bueno pero ¿por qué no cambia su día a día, si sabe que lo sigo?
-Porque tú eres inofensiva, en cambio ¡la policía podría llevarme preso!
-¿Porque iría preso señor?-Me senté a su lado.
-¿Aun no sabes mi historia? ¡Pensé que aquel mozo te lo había contado todo! Pues mi familia me ha dejado porque yo había comenzado a robar para mantenerlos, porque no estábamos muy bien económicamente, luego me incluí dentro de una mafia pesada que me pagaban por matar gente, mi esposa se entero, junto sus cosas, a los niños y se alejo para siempre.
-¡Guau, que historia!
-Si y no termina ahí, cuando se fueron de mi casa, yo seguí dentro de la mafia y continuaba matando gente no podía renunciar a ese trabajo, no era un asesino, pero el matar gente me resultaba placentero, yo descargaba toda mi ira sobre ellos. Hasta que un día encontré unos expedientes y al ver la fotografía de uno de los que yo había asesinado; sentí que debía averiguar su historia, busque en varias fuentes y... ¡Vaya sorpresa!... ¿Que descubrí? Era un hermano mío que estaba desaparecido. Mi madre lo había abandonado porque no nos podía mantener a los dos entonces deje aquella mafia y me jubile. Ahora me escondo de la policía.-
Yo con los ojos abiertos y la boca abierta no tenía palabras para decirle.
Él rompiendo el silencio:-Vamos niña, vamos que no quiero que tu madre se enoje.
Caminamos esas cuadras que separaban la casa del parque en silencio, ninguno de los dos decía nada, entre a mi casa exactamente igual que la otra vez a las 20 hs. y él minutos después.

Irina Gómez Da Silva 1º 5º C.B.

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